Copresidenta Rosario: de la reconciliación marital al premio como artífice del destierro
El camino de Rosario Murillo a la copresidencia le tomó tres años. En un principio Ortega usó el término para alagarla sabiéndola tan ambiciosa de poder como carente de popularidad y apoyos políticos en las filas sandinistascomo para llegar al cargo.
- noviembre 22, 2024
- 11:35 AM
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El título de copresidenta que ostentará Rosario Murillo en Nicaragua con la entrada en vigor de la nueva Constitución sandinista había sido "anunciado" hace tres años.
Esa primera vez que el término salió de boca del dictador Daniel Ortega sonó más a un gesto con el que buscaba halagarla. Era octubre de 2021, en el último trecho de las elecciones más cuestionadas de la historia reciente, con la disidencia y la oposición política entre el exilio y la cárcel.
"Aquí tenemos dos presidentes, porque respetamos el principio de 50-50, o sea aquí tenemos una copresidencia con la compañera Rosario", dijo en plaza pública el dictador el 26 de octubre del 2021 durante un acto de entrega de buses rusos, cuando faltaban 13 días para las votaciones generales. El reconocimiendo sonó más al halago de un marido que sabiéndola tan ambiciosa de poder como carente de popularidad y apoyos políticos en las filas rojinegras como para llegar al cargo quiso encumbrarla frente a sus bases. Al final, legalmente, ella seguía como su segunda al mando.
Un pedido de perdón público
La segunda vez que Ortega, hoy de 19 años, se volvió a referir a ella con ese título fue el 9 de enero de 2022, durante la instalación del 39 periodo legislativo de la Asamblea Nacional. Ese día era la primera vez que la pareja salía en público luego de una pelea que protagonizaron el 31 de diciembre del 2021 y que fue transmitida en cadena de televisión nacional. Para muchos, el reconocimiento en esa ocasión fue el gesto de un marido sometido en busca de la "reconciliación".
“Aquí tenemos esta compañera, trabaja las 24 horas y los tiene a todos ustedes (controlados), ya saben, llamadas a toda hora, y realmente ella es más que vicepresidenta, ella ejerce funciones de presidenta de la República de este país, porque aquí lo que hay es una copresidencia”, dijo Ortega frente a sus diputados, que son mayoría absoluta en el Parlamento, y funcionarios de poderes del Estado, para recordarles la autoridad de Murillo.
Desde el retorno de Ortega a la Presidencia en 2007, el poder de Murillo ha ido a más. En sus alocuciones diarias, ella dicta órdenes, regaña a ministros o alcaldes y es desde la portadora de "buenas nuevas del buen gobierno" hasta quien dirige sin ningún reparo los insultos y descargas de odio contra quienes les adversan. A ella también se atribuye la "barrida" del círculo de poder de la vieja guardia sandinista.
Un premio a la perversidad
El dictador sandinista reapareció en público un mes después y, entonces dio la orden expresa de reformar la Constitución y de una vez crear para Murillo un cargo a la altura del rol que ejerce en el cuadro de mando. “Aquí está la compañera Rosario Murillo, copresidenta de la República. En verdad así es. ¡Es copresidenta de la República!, remarcó.
A reglón seguido dio la orden. "En la Constitución tendremos que hacer algunas reformas... Doctor (Gustavo) Porras, tendremos que hacer algunas reformas para que quede establecido el principio de la Co-Presidencia”, dictó Ortega al presidente de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional.
Todo lo dijo en público, alarmó, pero no hubo más señales hasta esta semana cuando con carácter de urgencia envió una reforma profunda a la Constitución de Nicaragua con la que se garantiza el poder absoluto, para él y Murillo desde una Presidencia bicéfala, ambos como copresidentes.
Presidencia bicéfala, una dinastía familiar
La emmienda, aprobada este 22 de noviembre en la primera de dos legislaturas, establece que la Presidencia estará integrada por un copresidente y una copresidenta, que ejercerán sus funciones por un período de seis años, y podrán nombrar vicepresidentes sin ser elegidos por el voto popular.
Para ser candidatos a copresidentes tienen que haber residido de forma continua en Nicaragua los seis años anteriores a la elección, no haber sido declarados "traidores a la patria", o no haber adquirido otra nacionalidad, con lo que cierra el espacio de participación política a los líderes de la oposición que fueron excarcelados, desterrados y desnacionalizados.
La oposición nicaragüense ha lanzado una alerta internacional: Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, quieren aniquilar los cimientos del Estado y la República de Nicaragua con una Constitución que aplasta "nuestra legítima Carta Magna" para cumplir con "caprichos personales y seguir consolidando el modelo de dinastía" familiar.
"Esta reforma está diseñada a la medida del autoritarismo, control institucional, lealtades personales, represión, persecución y violencia que caracteriza a la dictatorial matrimonial", reprocharon en un pronunciamiento en el que, además, califican que la de "ilegítima en la forma y el contenido" de la reforma.